El Partido Socialista revalida su victoria y repite mayoría en el Congreso de los Diputados. Tras la jornada electoral de ayer, la diferencia entre las dos fuerzas no varía y se mantiene en dieciséis escaños. La candidatura encabezada por José Luis Rodríguez Zapatero obtiene 169 escaños –cinco más que en 2004- mientras que la de Mariano Rajoy también aumenta y consigue 153 diputados –también cinco más que en las últimas elecciones-.
La primera de las claves para entender el aumento de ambos partidos está en que, entre ambos, se “comen” el 83% de los votos: 323 de los 350 escaños caen en manos de PP y PSOE. Por ello, las fuerzas nacionalistas ven reducida su fuerza en el Congreso y cosechan el peor resultado para sus formaciones desde el advenimiento de la democracia. Entre todos los partidos nacionalistas pierden 604.195 votos.
La gran víctima de las elecciones es la formación de Gaspar Llamazares que reduce su número de diputados de 5 a 2 y pierde su grupo parlamentario. Sólo mantiene un diputado por Madrid –el propio Llamazares- y otro por Barcelona. Izquierda Unida, que consiguió ayer casi un millón de votos en todo el país, ha perdido el apoyo de 321.041 personas que sí respaldó a la formación en 2004.
El Partido Socialista habla ya de las claves de su nuevo gobierno y se empieza a hablar ya de posibles alianzas. En primer lugar, Zapatero agradeció a Carme Chacón el apoyo de los socialistas catalanes y se abrazó con Rodolfo Ares, a quien también agradeció el papel que han tenido en estas elecciones los socialistas vascos.